Testimonio Angélica Luna

Universidad anfitriona: Université Catholique de Lyon, Ecole Supérieure de Commerce et Management  (ESDES). 
Ciudad: Lyon 
País: Francia
CarreraLicenciatura en Comercio Internacional
Periodo de intercambio: junio-julio 2011

 

Para mí el llegar a Francia fue como el abrir los ojos a un lindo sueño. Mis primeros instantes fueron una mezcla de felicidad y ansiedad. Alguien que yo no conocía me estaba esperando en la estación de trenes en la ciudad de Lyon.

No sabía quien seria aquella persona, pero al verla desde lejos la reconocí instantáneamente. Esa persona era una chica francesa que me esperaba con los brazos abiertos para darme la bienvenida a un país lleno de encantos.

Mi primera noche en Lyon fue una de las más mágicas de todas, recorrí junto a dos estudiantes las calles luminosas de Lyon, observé sus edificios mezcla de modernidad y culturas ancestrales como la romana,  nos encontramos con dos ríos: el Ródano y el Saona y en sus aguas se perdían mil colores

Ante tan majestuosa belleza terminamos felizmente perdidos. Regresamos tarde a nuestro nuevo hogar, no pudiendo esperar las aventuras que nos esperaban al día siguiente y los venideros.

La nueva mañana empezó y pudimos conocer a todos los estudiantes extranjeros que venían de muchos lugares para estudiar en el ESDES (Ecole de management à Lyon).

Había dos módulos del cual podíamos elegir, uno era finanzas y el otro marketing, siendo el último, el que yo elegí. También teníamos clases de francés lo cual me ayudo a mejorar mi fluidez oral y me instó a querer practicarlo con cuanto extraño pudiese en las callecitas de Lyon. Amo el francés, fue un placer escucharlo todo el tiempo, fue música para mis oídos.

 

La experiencia estudiantil fue genial, desde el principio me encantaron los profesores, todos se mostraban amables y deseosos de que nos sintiéramos a gusto.  Las materias no fueron difíciles, aunque a veces las horas de clases fueron un poco agotadoras, nos sirvió para los exámenes, ya que después de largas horas de clases no fue necesario estudiar mucho.

 

Pero lo que más me encanto fue el grupo de alumnos que me toco. Todos teníamos ganas de explorar Lyon y así lo hicimos. Salíamos a caminar, fuimos a comer, nos fuimos de picnic, de shopping entre otras actividades que ya teníamos programadas con la universidad, como visitar museos. También festejamos a lado de los franceses el aniversario de la revolución francesa. Esa noche fue genial, hubo un show de fuegos artificiales y toda era fiesta en las calles de Lyon. Nosotros aunque éramos extranjeros, terminamos sintiéndonos más franceses que nunca.

 

Por otro lado la convivencia en la residencia fue una de las mejores experiencias que he vivido, era como tener muchos hermanos y hermanas en los cuales podía confiar, compartir muchas cosas y a la vez divertirnos.

 

También hubo momentos en la que era preciso estar sola, y detenerte a estudiar un poco la cultura francesa. De todas las cosas lo que más me impresionó de los franceses, es esa manera de comer tan delicioso y a la vez ser tan delgados. A esto se le conoce como la paradoja francesa. Yo no quise ser la excepción y comí cuanta exquisitez pude.

 

Los días pasaban y yo no quería despertar del sueño, cada día vivía nuevas experiencias que no quería dejar de vivirlas. Estando lejos de todo, de tu familia y de tus costumbres uno aprende a vivir al máximo y a hacer de cada obstáculo un reto a cumplir.

El ultimo día fue un día duro para todos nosotros, al decirnos adiós no paramos de llorar. Fue muy lindo haber conocido amigos que te aceptaran tal como eras aunque tu cultura fuera muy diferente a la suya. Dejé mi corazón en Francia y ahora espero volver pronto, aunque sé que ya no será lo mismo sin mis hermanos y hermanas del corazón, sé que este país volverá a enamorarme como lo hizo la primera vez.

No esperes más, Francia espera por ti.

 

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